Amado Dios, por favor sé mi fortaleza y mi roca de refugio.
Amado Dios, hoy me acerco hasta Ti para darte gracias por el sublime regalo de la vida, por tu inmenso amor, por tu misericordia y por ser tan bueno y generoso cómo solo Tú puedes ser.
Gracias Señor por cuidar de mí y de las personas que amo, gracias por el hogar que nos protege, por el agua que nos refresca, por el aire que respiramos y por los alimentos que Tú llevas cada día a nuestra mesa.
Gracias Señor por tu guía, por tu compañía y por la hermosa promesa de que cada día será mejor y más bendecido que el anterior.
Amado Dios, en esta oración también me acerco hasta Ti para pedirte que seas mi fortaleza y mi roca de refugio ante los problemas y las dificultades.
Por favor dame fuerza para mantenerme firme ante las crisis y dame sabiduría para comprender que casi siempre atrás de lo que parece un gran problema se esconde una bendición para descubrir, aceptar y prevenirnos de problemas mayores.
Permíteme también comprender que los problemas pueden cambiarme para bien, pues hay lecciones que solo puedo aprender en medio de la dificultad.
Permíteme también comprender que los problemas pueden cambiarme para bien, pues hay lecciones que solo puedo aprender en medio de la dificultad.
Señor, por favor respóndeme cada vez que te llame, atiende mis suplicas y ayúdame a salir triunfante de cualquier situación. Te pido que seas mi escudo, mi refugio y aquel hermoso campo con ríos de agua vida donde puedo descansar mi cuerpo y mi alma.
Por mi parte, viviré con esperanza y confiado, pues sé que Tú me amas y creo en la promesa de que después de la tormenta vendrá el arcoíris y aunque algún día el cielo se torne gris, siempre podré ver la belleza de tu amor.
Señor, mi futuro y mis ilusiones están en tus manos, por favor nunca te apartes de mi vida, pues cada día que pasa yo necesito más de Ti, Amén.
Hacer esta oración con devoción y esperanza, te permitirá acercarte a Dios para darle gracias por su amor y por su bondad y pedirle que sea tu refugio, tu guía y tu fortaleza en los momentos de dificultad.
Confía, Dios te ama, sus promesas son eternas, después de la tormenta siempre habrá de llegar la calma y Él te ayudará salir victorioso de cualquier situación.
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